
El Apóstol Pablo, patrono del MCC
Es conveniente contarles cómo San Pablo fue
designado oficialmente Patrono del MCC. Esta historia fue escrita por
Don Sebastián Gayá.
En el principio...
"... Y si nos hubieran invitado a escoger un santo protector, tal vez San Pablo no hubiera encabezado la lista... No por ignorancia del hecho que la figura del Apóstol, evangelizador de los paganos, se destacaba entre todas en el ambiente de evangelización en la cual surgía el MCC. Pero, probablemente hubiéramos pensado en agregar otras candidaturas: San Juan por ejemplo, el apóstol jóven, él de la invencible fidelidad, como se le llamaba durante la vigilia de oración que hacíamos cada año, el 27 de Diciembre, cuando el Movimiento se dedicaba exclusivamente a los jóvenes. Y no hablo del gran Santiago, el apóstol venerado en Compostela, donde hubo la peregrinación de los 100,000 jóvenes de AC, cuya mística sirvió de baño de cultura para el nacimiento de Cursillos. Pero no son más que hipótesis. La verdad es que nadie entre los fundadores levantó la cuestión de un patrocinio para el MCC, a pesar de que se sentía la necesidad de buscar apoyos. Pues, los primeros pasos del Movimiento ? como los segundos también ? han sido marcados por dificultades y sufrimientos enormes. La zizaña apareció constantemente en el campo de trigo. Pero este es el sello evangélico de las obras divinas, conducidas por el Espíritu Santo".¿De dónde vino la idea?
"Tenemos que retroceder 10 o 12 años
después del primer Cursillo celebrado en Enero de 1949. El MCC
se había extendido por todas las diócesis de España, en gran
parte de los países de América, y menos rápidamente, en ciertas partes
de Europa. A principios de los años sesenta, se crearon los
secretariados nacionales; primero, en México, luego en
Venezuela, y poco después en España. Es el 12 de Junio de 1962
que los obispos erigieron nuestro secretariado nacional nombrando a
Mons. Hervás, primer director del secretariado y al autor de
estas lineas, vice-director. Entre las tareas emprendidas, hubo
la organización de la primera Ultreya nacional que se celebró
en 1963, en Tarragona. ¿Porqué en esta ciudad? Por varias razones".
"Primero, 1963 era un año
jubilar durante el cual la Iglesia de España conmemoraba el 19
centenario de la venida de San Pablo en este país. Y se celebraba
precisamente en Tarragona. Segundo, el obispo de esta ciudad
era el cardenal Benjamin de Arriba y Castro que Mons. Hervás
iba a apodar, en el transcurso de la Ultreya, "el cardenal de San Pablo y
Padre de los Cursillos". Como un reconocimiento público, y agradecer
al cardenal el haberse levantado para defender al Movimiento
afirmando alto y fuerte "los frutos espirituales que había podido, él
mismo incluso, descubrir en las personas que viven la
experiencia de un Cursillo". Finalmente, el tercer motivo era la fuerza
numérica de los cursillistas en esta diócesis".
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